martes, 25 de agosto de 2020

Evidencia científica y pronunciamiento de la OMS sobre presencia de virus SARS-COVI2 en el aire


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Dra. Paola Salas Rivas
Epidemióloga
Departamento de Enfermería
Facultad de Ciencias, ULS



Una reciente información pública referida a la presencia del virus SARS-COVID2 en el aire ha causado preocupación y confusión; sin embargo, la OMS ha llamado a interpretar con precaución los datos iniciales de la investigación que origina esta información.

Se trata del artículo recientemente publicado por New England Journal of Medicine y recogido en algunos medios de prensa, en el que se consigna que “[…] Por un lado, posiblemente se requieran mascarillas faciales para usar en interiores en todo momento en entornos como escuelas o restaurantes, incluso si existe distancia social. La razón tiene que ver con que los aerosoles pueden flotar “en grupos”, en los que una persona puede caminar sin saberlo y en teoría, contagiarse. Estos grupos invisibles también podrían propagarse en la dirección de alguien mediante sistemas de aire acondicionado, tal como muestran estudios en laboratorio, que señala que la vida media de SARS-CoV-2 en aerosoles, con estimaciones medias de aproximadamente 1.1 cuyo IC al 95% de 0.64 a 2.64, no significativo”. (1)

La OMS ha indicado prudencia en esta interpretación, comentando que las “repercusiones de los hallazgos recientes relativos a la detección de virus SARS COV2 en muestras de aire, y a raíz de algunas publicaciones científicas que han proporcionado pruebas iniciales de que el virus SARS COV2 se puede detectar en el aire, algunos canales de noticias han indicado que se ha producido transmisión aérea de este virus. No obstante, estos datos iniciales deben interpretarse con precaución.

Para comprender mejor este hallazgo es importante entender que un procedimiento generador de aerosoles se define como cualquier procedimiento médico que puede provocar la generación de aerosoles de varios tamaños, incluidas partículas pequeñas (< 5 µm).

El artículo en cuestión ha publicado datos sobre un estudio en el que se evaluó la persistencia del virus SARS COV2. En este estudio experimental se generaron aerosoles mediante un nebulizador Collison de tres chorros, que se introdujeron en un tambor Goldberg en condiciones controladas de laboratorio. Este aparato tiene una gran potencia y no reproduce la tos humana normal. Además, la detección del virus SARS COV2 en partículas de aerosol hasta tres horas después de la nebulización no refleja los entornos clínicos en los que se practican procedimientos que generan aerosoles, puesto que el aerosol utilizado en el estudio se generó experimentalmente.

Por otro lado, se ha informado de la ausencia de ARN del virus SARS COV2 en zonas donde estaban hospitalizados pacientes con esta enfermedad.

La OMS tiene conocimiento de otros estudios que han evaluado la presencia de ARN de este virus en muestras tomadas del aire, pero cuyos resultados todavía no han sido publicados en revistas que realizan evaluaciones externas.

En cualquier caso, es importante tener en cuenta que la detección de ARN mediante reacción en cadena de la polimerasa en muestras ambientales no significa que estas contengan virus vivos que se puedan contagiar.

Es necesario realizar más estudios para determinar si es posible detectar virus SARS COV2 en muestras de aire tomadas en habitaciones que albergan a pacientes donde no se practican procedimientos ni se administran tratamientos que generan aerosoles. Cuando se disponga de más datos a este respecto, será importante determinar si se encuentran virus vivos y cuál puede ser su función en la transmisión.

En definitiva, no existe evidencia suficiente que apoye la teoría de la transmisión del virus por aire, pero tampoco existen pruebas que comprueben lo contrario, por lo tanto, se recomendaría:

1.       Intentar ventilar de manera natural en los espacios que sea factible entre jornadas de trabajo.

2.       Propiciar mantener equipos de aires acondicionados y ventilaciones con certificación de mantenimiento al día.

3.       Intentar evaluar la dirección de flujo de aire, y su recambio con empresa a cargo.

4.       Donde no se pueda ventilar naturalmente, intentar hacer muestreos de aire que detecte material biológico de manera aleatoria y con cierta frecuencia en el caso de haber filtración del aire, y compararlo con muestreos externos (se supone aire sucio).

5.       Verificar el rendimiento del filtro (de existir) y su vigencia y durabilidad.

6.       De existir medición de tiempo, verificar que se cumpla con un valor límite umbral de tiempo promedio ponderado estableciendo límites de exposición permisibles.

7.       El muestreo microbiológico del aire en las instalaciones sigue siendo controvertido debido a las limitaciones técnicas para sus mediciones.

8.       Intentar que el uso de mascarillas se cumpla en todo momento.

9.       Establecer una distancia mínima de separación de 10 m entre las salidas de escape y las entradas de aire exterior.

10.    Mantener la humedad relativa entre 40-60%.

11.   Mantener la temperatura entre 21 °C-24 °C (70°F-75°F).

 

Referencia:

1.       To the Editor. Aerosol and Surface Stability of SARS-CoV-2 as Compared with SARS-CoV-1, Correspondence. Th e New England Journal o f Medicine. March 27, 2020. https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/nejmc2004973