lunes, 24 de agosto de 2020

Acompañamiento en COVID-19: una estrategia de ayuda integral

Blogger:
Joaquín Antonio Robledo Medalla.
Kinesiólogo del Departamento de Salud Estudiantil.
Universidad de La Serena.



Blogger:
Pilar Margarita Bonilla Meneses.
Enfermera del Departamento de Salud Estudiantil.
Universidad de La Serena.




La Organización Mundial de la Salud declaró el brote de COVID-19 como una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII), el día 30 de enero 2020. Luego, el 11 de marzo, la misma institución lo catalogó como una pandemia.

Según lo reportado hasta el 22 de junio 2020, COVID-19 tiene una mediana de incubación de 5 días y se presenta como una enfermedad tipo influenza, siendo la fiebre, odinofagia, tos seca, disnea, cefalea, mialgias, diarrea y anosmia los síntomas más característicos.

En líneas generales, dentro del grupo de pacientes sintomáticos, un 80% presenta una enfermedad leve, 15% se hospitaliza y 5% presenta una forma grave que requiere hospitalización en unidades de cuidados intensivos.

Dentro de los desafíos que los equipos de Atención Primaria tienen que enfrentar, surge la trazabilidad, donde la SEREMI de Salud de cada región del país es la responsable de contar con la información epidemiológica con el fin de tomar las acciones de salud pública necesarias.

Este proceso de trazabilidad se define como un proceso que considera todos los ambientes familiares, laborales, religiosos, uso de transporte y cualquier actividad que haya realizado el caso índice durante el periodo de contagiosidad para identificar de manera continua a las personas que tuvieron contacto con un caso contagiante (contactos expuestos a los casos índices).

El MINSAL define como caso índice a las personas con cuadros clínicos que cumplen con las características de caso sospechoso, probable o confirmado de COVID-19. Este caso índice da inicio a la investigación epidemiológica.

Con la información recabada, se dispone la cuarentena supervisada por el periodo de incubación de la enfermedad, 14 días (Ministerio de Salud, 2020). Allí se establecen mecanismos locales para detectar los casos, contactos, supervisar cuarentenas y entregar la atención de salud requerida, hasta el momento del alta.

La Universidad de La Serena, en concordancia con los equipos de salud local, ha implementado un sistema de acompañamiento, en el caso de los estudiantes que sean casos positivos, probables o contactos estrechos de COVID-19, a cargo de profesionales del Departamento de Salud Estudiantil.

Es aquí donde surge la necesidad de visibilizar aquellos aspectos más humanos de la relación que se establece entre el profesional que realiza esta labor diaria y la persona que se encuentra ya sea enferma o muy preocupada por algún familiar enfermo.

Se debe poner a disposición de la persona, una genuina preocupación por lo que le está ocurriendo, escucharla y atender sus dudas, ya que la ansiedad es una constante que poco favorece el proceso de recuperación; y tener ciertas certezas frente a sus dudas diarias, contribuye a mermar esa ansiedad y temor.

Actualmente, el acompañamiento es en forma remota, lo que no impide mostrar cercanía, interés, entregar mensajes de esperanza y contención emocional, destacando cada avance en el proceso de recuperación, por pequeños que parezcan.

Otro factor clave en el acompañamiento es activar las redes de apoyo de la persona, que éstas estén a su alcance en forma oportuna, en caso de requerirlas, es fundamental ya que el proceso de la enfermedad es complejo y van surgiendo situaciones de salud, económicas, sociales que, de no atenderlas a tiempo, pueden ser un gran obstáculo para alcanzar la recuperación.

Algunas personas que han recibido el acompañamiento señalan que les ha servido para no sentirse solos, ya que el miedo, ignorancia y riesgos sanitarios en esta pandemia, hace que vivan la enfermedad en forma muy solitaria. Por eso valoran recibir un contacto diario y profesional, aunque sea vía remota, que se les consulte cómo se sienten y se los vaya guiando en el manejo de los síntomas o situaciones más críticas de salud o de otra índole.

Pero por sobre todo, las personas agradecen sentir la preocupación hacia ellos y sus familias por parte de los profesionales que realizan el acompañamiento y que si bien, recibir el diagnóstico de la enfermedad es muy angustiante en un inicio, al ir educándose en el manejo de la enfermedad y conteniendo sus emociones, les permite avanzar de mejor manera hacia su recuperación y retomar sus actividades de la vida diaria de forma satisfactoria.

Referencias:

Ministerio de Salud. (2020). Protocolo de Coordinación para acciones de Vigilancia Epidemiológica durante la Pandemia Covid-19 en Chile: Estrategia Nacional de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento.